Después de quererte,
después de inundarme los días y la vida con tu risa,
después de quererte otro poco y enamorarme un tanto más,
te comencé a amar.
Y cuando se ama, se ama siempre.
Porque no ama el cuerpo, o la mente.
Ama el alma.
Y el alma es eterna.
Como vos y yo.
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